Historia 5°2°
Cada 24 de marzo, fecha en que la junta militar tomó el poder en 1976,
los argentinos recuerdan a las víctimas del régimen totalitario y dicen ‘Nunca
más’.
El 24 de marzo de 1976 comenzaron siete
años de oscuridad en Argentina. Una junta militar liderada por Jorge Rafael
Videla, comandante general del Ejército derrocó a María Estela Martínez de
Perón y se instauró una dictadura bajo el nombre de ‘Proceso de reorganización nacional’.
También eran parte de la Junta Emilio
Massera, comandante general de la Armada y Orlando Agosti,
comandante general de la Fuerza Aérea.
Según varias organizaciones de Derechos
Humanos, más de 30.000 personas fueron desaparecidas.
Una de las singularidades de este
régimen fue que la dictadura de 1976 implementó el método de desaparición de
personas, un método que además iba acompañado de la pérdida de identidad, la
tortura y la muerte de miles de personas en Argentina”.
Según el informe “Nunca Más” de la “Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas” (CONADEP), dirigido por el escritor Ernesto Sábato y publicado en
1984, “de algunos de los métodos empleados no se conocían antecedentes en otras
partes del mundo. Hay varias denuncias acerca de niños y ancianos torturados
junto a un familiar, para que éste proporcionara la información requerida por
sus captores”.
El plan Cóndor, una
política de represión que sobrevolaba Sudamérica
La dictadura argentina no fue un hecho
aislado. Todos los países del Cono Sur estaban gobernados por dictaduras
militares: en Bolivia entre 1971 y 1978; en Brasil el régimen totalitario de
1964 a 1976; en Uruguay, desde 1973 que instaura una dictadura cívico
militar que duró hasta 1985; en Chile el general Augusto Pinochet derrocó a
Salvador Allende en 1973 y ostentó el poder hasta 1990 y en Paraguay, Alfredo
Stroessner gobernó desde 1954 hasta 1989.
Dichos regímenes florecieron en medio
de la Guerra Fría, en la que Estados Unidos lideraba la lucha anticomunista, en
oposición al bando de la Unión Soviética. Fue en ese contexto que se estableció
en Sudamérica la operación o Plan Cóndor.
Fue “un sistema formal de coordinación
represiva entre los países del Cono Sur para perseguir y eliminar a militantes
políticos, sociales, sindicales y estudiantiles de nacionalidad argentina,
uruguaya, chilena, paraguaya, boliviana y brasileña”.
Según concluyó el informe de la CONADEP, en Argentina “no
solamente se persiguió a los miembros de organizaciones políticas que
practicaban actos de terrorismo. Se cuentan por millares las víctimas que jamás
tuvieron vinculación alguna con tales actividades y fueron sin embargo objeto
de horrendos suplicios por su oposición a la dictadura militar, por su
participación en luchas gremiales o estudiantiles, por tratarse de reconocidos
intelectuales que cuestionaron el terrorismo de Estado o, simplemente, por ser
familiares, amigos o estar incluidos en la agenda de alguien considerado
subversivo”.
Una herida abierta, 44 años después
Desde que colapsó el Gobierno de la junta militar en 1983,
Argentina ha transitado un largo camino en materia de justicia, reparación y
memoria, de este modo, los militares destruyeron miles de documentos
relacionados con la represión militar, en un intento por ocultar la verdad.
Pero los ciudadanos argentinos exigían justicia. Raúl Alfonsín fue
elegido en 1983 para juzgar a los responsables de delitos en la dictadura.
Tanto el informe “Nunca Más” como el Juicio a las Juntas de 1985 marcaron hitos
en los procesos de construcción de paz en Latinoamérica..
Entre las acciones de reparación a las víctimas y construcción de
memoria que se han
implementado en Argentina desde la década de los 90 está la Ley
25.633 del 2002, que establece el 24 de marzo como el Día Nacional de la
memoria por la verdad y la justicia, con el fin de recordar a las víctimas de
la dictadura y decir, una y otra vez, ‘Nunca más’.
Se trata de una
fecha “dolorosa pero necesaria”. Y es que, hay “todavía mucha justicia por
hacer, particularmente en lo que tiene que ver con los niños desaparecidos, los
hijos desaparecidos que las abuelas siguen buscando. Han aparecido más de 100
pero todavía faltan unos 400 por encontrar, que ya son hombres y mujeres
grandes, con más de 40 años, desaparecidos estando sus madres embarazadas o
siendo bebés”
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