Salud y adolescencia 4°2°
EES
62
Salud
y Adolescencia
4to
2da
Turno
tarde
Profesor
Damián Romaniuk
TRABAJO PRÁCTICO 1
A partir de lo que saben hoy y usando sus propias palabras e
ideas, contestar las siguientes preguntas. No hay respuestas correctas ni
incorrectas, tienen que poner lo que piensan antes de empezar la materia.
1) ¿Cómo definirían salud y enfermedad?
2) ¿Qué es la adolescencia?
3) ¿Cuáles son los principales problemas de salud durante la adolescencia?
¿Qué relación establecen entre el cuidado de la salud y la adolescencia?
4) ¿Qué problemáticas de salud les parecen inquietantes? ¿Por
qué?
TRABAJO PRÁCTICO 2
Usando
el texto que se añade a continuación, explicar cómo se pensaba la enfermedad y
quién estaba a cargo de atenderla y en qué consistían los tratamientos
predominantes en la Edad Antigua, la Edad Moderna, el Siglo XIX y el siglo XX.
conceptos de salud y
enfermedad
Las nociones de salud y enfermedad han
variado a lo largo de la historia de la
humanidad. Esto depende de las ideas o visiones del mundo que las distintas
culturas poseen en diferentes momentos de su desarrollo histórico. La conceptualización
de los procesos de salud-enfermedad está ligada a las conductas que las
personas adoptan respecto de esos procesos y de los sistemas de creencias que orientan
sus acciones. La comprensión de los procesos de salud-enfermedad sólo es
posible si hacemos referencia al contexto histórico social donde ocurren porque
ese contexto es el que les da significado.
en la antigüedad
En la antigüedad (y todavía en algunas
culturas actuales), la enfermedad se
consideraba como un fenómeno sobrenatural, enmarcado en un pensamiento mágico
religioso.
En el siglo V aC, en Grecia,
Hipócrates separó la medicina de los rituales mágico-religiosos, atribuyendo
las enfermedades a causas físicas. En su teoría de los humores, la enfermedad
se produce por una desarmonía entre los elementos básicos de la materia (agua,
fuego, aire, tierra) y los humores responsables de a vida (sangre, bilis
amarilla y negra, flema). Según esta idea, la enfermedad compromete a la
persona como un todo, y hay que dejar actuar a la naturaleza para lograr la
curación.
fragmentos
“Al arribar a un pueblo desconocido,
el médico deberá examinar su posición respecto a los vientos y las salidas del
sol (…). Deberá considerar dónde van los nativos para buscar agua, si usan
aguas pantanosas, suaves, o que son duras y vienen de lugares altos y rocosos.
También si el suelo es llano y seco, o boscoso y de aguas abundantes (…). A
medida que pasa el tiempo podrá decir qué enfermedades atacarán la ciudad, ya
en verano o en invierno, así como cuáles le son peculiares al individuo y
cuáles pueden ocurrir durante un cambio en el modo de vida (…).”
En el siglo II, el griego Galeno
estudió la anatomía humana sobre la base de la observación y la
experimentación, realizando disecciones de animales. Articuló una hipótesis trascendental
para la concepción posterior de la salud: consideró al cuerpo humano como una
máquina segmentable donde cada órgano era una pieza que podía ser “reparada”
por separado. En la medicina galénica, la higiene individual voluntaria era el
modo de evitar que actúen los agentes externos causantes de la enfermedad. Este
es el germen para las prácticas posteriores de salud pública.
hacia la modernidad

Con la expansión del cristianismo, se
concibió la salud como un fenómeno espiritual y la enfermedad como un castigo
divino. Esta concepción dominó en la edad Media, época en la que se sucedieron
grandes pestes en Europa. Ante el avance de las enfermedades, y paralelamente a
las respuestas de tipo religioso, se intentaron desarrollar medidas de higiene
pública, al identificar y aislar a los enfermos y a sus familiares con respaldo
de la autoridad pública. Cuarentenas, lazaretos y hospitales fueron parte de
las estrategias adoptadas para mitigar el desorden que producía una muchedumbre
errante y desprotegida, azotada por el flagelo de la peste. Estas prácticas
constituyen las primeras modificaciones del paradigma galénico, que ponía
énfasis en la higiene individual Este cambio conceptual, desde lo individual a
lo público, fue posible gracias a las transformaciones de la estructura
socioeconómica medieval, que favoreció la consolidación de las ciudades.
En el renacimiento surgieron nuevos
aportes; entre ellos, se introdujo el concepto de contagio, basado en un
marcado criterio biológico.
En el siglo XVI apareció en escena el
microscopio. Galileo desarrollo en 1609 un microscopio compuesto de una lente
convexa y una cóncava. Diez años
después Cornelius Drebbel presentó un microscopio con dos lentes convexas. En
1625, Favere de Bamberg acuñó la palabra microscopio, por analogía con
telescopio. En 1665, Robert Hook introdujo la palabra célula para las estructuras
que vio en la corteza del corcho. Anton van Leenwenhoek inventó en 1674, el microscopio simple y descubrió los
protozoos; nueve años después observó bacterias por primera vez. Los microorganismos
serían reconocidos posteriormente como agentes externos causantes de enfermedades
infecciosas.
fragmentos
La
salud pública es la ciencia y el arte de prevenir las enfermedades y la
discapacidad, prolongando la vida y promoviendo la salud física y mental
mediante esfuerzos comunitarios organizados
en pro de la sanidad del medio ambiente. Es salud pública: el control
de enfermedades infecciosas y no infecciosas y de las lesiones; la educación
del individuo en principios de higiene personal; la organización de servicios
para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades así como para la
rehabilitación; el desarrollo de una maquinaria social que le permita a cada
individuo de la comunidad un nivel de vida adecuado para el mantenimiento de la
salud"
(Sigerist, H. Hitos en la historia de la salud
pública. México, Siglo XXI, 1981.)
el siglo xix
En el siglo XIX los descubrimientos
científicos avanzaron notablemente. En 1833, Robert Brown describió el núcleo
de las células. En 1838, Schleiden y Schwann propusieron la teoría de la célula
que sostiene que la célula es la unidad estructural y funcional de los seres
vivos. Rudolf Virchow, por su parte, desarrollo la patología celular, que
indicaba que la “sede y causa” de las enfermedades residían en las alteraciones
de las células.
Durante este siglo, el impacto de las
epidemias de cólera fue de tal magnitud que se pusieron en marcha modificaciones
básicas en las políticas
sanitarias, interviniendo el Estado en las condiciones de vida de la población.
Es el llamado modelo sanitarista, que promovió la limpieza en las ciudades, la
construcción de alcantarillados, la eliminación de basura y excrementos, el
cuidado del estado de las viviendas, etcétera.
En esos tiempos, el francés Louis
Pasteur generaba un nuevo impacto en al concepción del proceso de salud y
enfermedad. Dio a luz la teoría microbiana a partir de su descubrimiento sobre
la acción de los microbios responsables de enfermedades infecciosas mortales
como el carbunclo y la rabia. En esa misma época, el inglés Robert Koch
descubría y aislaba el bacilo de la tuberculosis que lleva su nombre.
Con la obra de Pasteur se inició una
etapa decisiva en la higiene pública conocida como al era bacteriológica que
permitió un gran desarrollo científico, reflejado en la producción de vacunas.
En el siglo XIX, de la mano de una
ciencia que, por sus logros, parecía todopoderosa, la enfermedad se concibió
desde una perspectiva biológica: existían agentes agresores externos (virus,
bacterias) que atacaban al hombre. El individuo, entonces, no era responsable
de la enfermedad ni de su curación. Era el médico quien debía actuar,
inhibiendo la causa de las enfermedades con medicinas y extirpaciones
quirúrgicas entre otras estrategias.
De este modo, se llegó al apogeo de la
idea de fragmentación del ser humano, en concordancia con la especialización de
la medicina. Dado que distintas especialidades médicas se ocupaban de los
diferentes “fragmentos” del organismo humano, no era posible concebir al hombre
como una totalidad.
Sólo a fines de ese siglo apareció un
indicio de cambio con Sigmund Freud, quien contribuyó a crear una concepción
unificadora del hombre, vinculando las reacciones psíquicas con las reacciones
corporales (por ejemplo, ante una situación de temor las manos transpiran).
el siglo xx
El siglo XX fue escenario de profundas
transformaciones sobre todo desde el punto de vista epidemiológico (véase el
Capítulo 4). Emergieron nuevas patologías propias del envejecimiento y el
estrés (cáncer, afecciones cardíacas y cerebrales) y reaparecieron viejas enfermedades
infecciosas que se creyeron controladas, como el cólera, la malaria, el dengue,
el hantavirus, entre otras. En estas afecciones, las condiciones en las que
viven las personas tienen una influencia decisiva. Esto obligó a un nuevo
replanteo de la concepción de la salud y de la enfermedad, que se entendió como
el resultado de la interacción entre aspectos genéticos, ecológicos y
socioculturales.
Las causas de la enfermedad deben
buscarse en la historia del paciente, en sus relaciones familiares, su vida
cotidiana, sus costumbres, su nivel de vida, sus creencias y valores, todos
elementos imprescindibles para lograr un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Asimismo, los avances científicos y tecnológicos permitieron que patologías que
eran mortales se convirtieran en crónicas. Se propicio así al emergencia de un
paciente activo, responsable del mantenimiento de su propia salud. Al mismo
tiempo, la medicina curativa empezó a dejar espacio para la medicina
preventiva.
En el ámbito de la salud pública del
siglo XX se distinguen tres etapas:
Desde principios de siglo hasta la
Segunda Guerra Mundial: es la etapa de un modelo naturalista con la influencia
de la biología y la microbiología; se deja de lado la dimensión social de la
enfermedad. La salud pública se ocupó esencialmente de las enfermedades infecciosas.
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta
1970: es la etapa del Estado de bienestar. El Estado era responsable de brindar
los servicios esenciales (educación, salud, vivienda). En salud pública se
trabajó sobre las enfermedades no infecciosas, que adquirieron mayor relevancia
a medida que disminuyeron las infecciosas como causa de mortalidad. Se creó la
Organización Mundial
de la Salud (OMS) que desempeña un papel fundamental en la orientación
sanitaria internacional.
Desde 1970 en adelante; es la etapa de
la crisis del Estado de bienestar y en consecuencia, de los servicios sociales,
entre ellos los sanitarios. La OMS desarrolla un nuevo modelo sanitario basado
en la integración de la promoción y la prevención con la curación. Es la época
de las enfermedades crónicas degenerativas, de las conductas de riesgo (por
ejemplo, las adicciones) y la irrupción de una nueva epidemia: la del VIH-SIDA.

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